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El Reto Naranja

  • Foto del escritor: SC Periodista
    SC Periodista
  • 21 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 20 oct 2019

A pesar de ser un término que se empezó a utilizar hace seis años, la economía naranja se ha mantenido como la nueva alternativa, en un mundo poco acostumbrado a arriesgar, y cambiar su forma de percibir. Colombia constantemente se enfrenta a pruebas económicas, que se convierten fácilmente en desafío, pues se rigen bajo temas de efectividad, producción y expansión. Estas pruebas son de carácter permanente, pues está en juego el rumbo de la nación y la gente.


La "nueva" alternativa, la Economía Naranja, basa su ejercicio en la creatividad, la cultura, el intelecto, la investigación y la innovación. Sin embargo, depende mucho del contexto demográfico, social y cultural del país donde se vaya a aplicar, para determinar qué tan efectiva pueda llegar a ser. Por eso es que, a pesar de ser conocida hace tiempo, no ha perdido su vigencia.

Este término se ha re-popularizado tras la posesión del actual presidente colombiano: Iván Duque Marquez. Desde su campaña, y ahora en su plan de gobierno, Duque ha sido enfático en la necesidad de defender las industrias creativas y la cultura como motor de desarrollo. Precisamente, en su discurso de posesión, el mandatario mencionaba: “Nos la vamos a jugar para que este país tenga la posibilidad de ver en los emprendedores tecnológicos unos nuevos protagonistas del progreso; que el Internet de las cosas, que la robótica, que la impresión en 3D, empiecen a hacer de Colombia ese centro de innovación que tanto nos merecemos”.


La verdadera razón por la que tiene vigencia aún este concepto es por representar esa innovación necesaria en la forma de hacer todas las cosas. Y esto, se ve reflejado desde cómo pensamos, cómo nos comunicamos, cómo actuamos, y cómo queremos ser representados. En la actualidad, es necesario refrescar los modelos de mercado para darles cabida como parte de la innovación. Por una parte, ya no es más importante lo que quiera, piense o diga el fabricante, sino lo que el cliente demande; por otra, ya no se enfoca, la economía, en los monopolios, o las instituciones establecidas, sino que, busca lo que irrumpa y que deslumbre, que ahora viene, necesariamente, de la gente.


De modo que, con la Economía Naranja, el país se enfrenta a nuevas oportunidades que podrían destrabar este sector tan complicado de la coyuntura nacional. La clave ha de estar en que se cumplan los verdaderos retos de transformación. Replantear el paradigma por medio de una innovación que sea llevada, posicionada y propuesta por canales comunicativos, entre otras cosas, coherentes a la necesidad que se está aclamando: El cambio. Lograrlo sería el verdadero desafío; el verdadero reto naranja.


Referencias:


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SC Periodista.

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