Vuelve y juega: La pesadilla del parque Nacional
- SC Periodista
- 12 ago 2019
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 oct 2019
No es la primera, y de no tomarse las VERDADERAS correctivas en el asunto, tampoco será la última vez que esto pase. El Diario el Tiempo abre su sección informativa el 7 de agosto con la noticia del abuso a dos mujeres de Caquetá, que se encontraban en el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera. Una de ellas, menor de edad. Hasta el momento, según el diario, las autoridades no se han pronunciado respecto al hecho ocurrido el 5 de agosto en horas de la noche.
Al mencionarse este tipo de acciones en Bogotá, y más propiamente en el Parque Nacional, se hace memoria al caso de Rosa Elvira Cely. En esta ocasión, los hechos de violación fueron precedidos por un atraco. Si bien se desconoce aún el paradero de los responsables, gracias a las víctimas, se ha identificado que eran 4 hombres armados. Una familiar de las víctimas le relató al diario "Mi hermana estaba con su novio y una amiga que hacía poco había llegado de visita". Estaban comiendo; todo transcurría con tranquilidad, hasta que a eso de las 9 de la noche, se les acercaron los agresores a amenazarlos.
Con cuchillos y de manera bastante violenta, empezaron a pedir las pertenencias. Según la hermana de las victimas, ellas creían que ahí terminaría la pesadilla; pero no fue así. "Los delincuentes las llevaron a la parte más boscosa del parque", añadió.
"Dos de los extraños abusaron de la niña menor de edad, que era quien se encontraba de visita en la ciudad, mientras que los otros dos, de la joven de 18 años". Frente a los hechos se encontraba el novio de la mayor; el joven de 25 años gritaba pidiendo ayuda, pero los agresores lo lastimaban para que se quedara callado.
“Como mi hermana se resistió al ultraje, la amenazaban. Le decían que iban a herir al muchacho. Eso fue terrible”, concluyó la hermana. Luego, según contaron las víctimas, los atacantes, que usaban prendas para protegerse el rostro, les botaron los objetos personales, sus zapatos y huyeron del lugar dejando a los tres jóvenes abandonados a la intemperie.
Las víctimas fueron enviadas al Hospital San Ignacio, tras haber dado sus declaraciones a los miembros de la Sijin que llegaban al lugar de los hechos. Sin embargo, al igual que su familia, las mujeres denuncian que no saben cómo proceder frente a esta situación. El deseo de la familia es que se haga justicia. Esperan acceder a las cámaras de seguridad, y poder atrapar a los agresores para que queden encerrados en la cárcel de por vida. Pues, apuntan, son un peligro para la sociedad.
Pareciera que los hechos no hablaran por si solos. Es impensado que un sitio que debería ser de atractivo turístico o deportivo resulte en un lugar donde las pesadillas se hacen realidad. Las mujeres necesitan garantías de libertad. No puede ser que aún en el 2019 existan casos que como consecuencia generen un miedo gigante en ellas, que refuerce el estereotipo de que no pueden tan tarde por la calle. Lamentable.
El papel del diario, aunque limitado, es un poco estático respecto a la noticia como tal. Si bien se apoyan con los protagonistas y personas directas, deberían haber enfatizado más en el papel de la fuerza pública, pues no debería ser normal que este tipo de casos fueran repetitivos. De modo que, gran parte de la noticia debe ser qué hace la Policía al respecto para evitar que estos actos se repitan y/o queden impunes.
Comments